Mi nueva vida... un nuevo yo

Empiezo de nuevo, me presento para los que no me conocen, soy Any y el 30 de abril cambió mi vida. 
No sé si fue ese día, yo creo que las cosas se gestan antes, pero por poner una fecha de principio y fin, pondremos esta.
Tengo 37 años, tengo dos hijos, tengo un marido estupendo y hasta ese día tenía trabajo.
He leído que las nuevas tecnologías han cambiado la forma de evaluar a los candidatos a nuevos trabajos, y que ahora, revisan tu perfil en las redes sociales, leen tus blogs y curiosean en tu yo virtual, no sé si lo que voy a escribir a partir de ahora, favorecerá o no, en caso de que mis futuros evaluadores leyeran esto, pero también es cierto que yo soy muy transparente, así que si al final van a terminar descubriéndolo mejor se lo cuento yo.
Desde niña he sido creativa, no en nada concreto, pero siempre estaba en algo, escribía una poesía, o un relato, o un diario. Entonces me imaginaba a los 30 trabajando de algo que tuviese que ver con la creatividad, no sabía si publicidad, si diseño, no sé pero algo creativo.
Al llegar a la adolescencia, y por razones de practicidad terminé estudiando informática de empresa, nada creativo, pero que me serviría para algo en el futuro, eso pensaron en mi casa y hasta el 30 de abril ha sido así.
Durante años he trabajado en empresas de turismo, en el área de finanzas, concretamente en Tesorería, y la verdad es que no se me daba del todo mal. Había llegado a adjunta del responsable y mi trabajo era muy variado. Yo soy de carácter fuerte pero muy dinámico y mi trabajo me permitía desarrollar mucho de mi misma. 
Hace poco más de tres años, estando embarazada de mi segundo hijo, un run run crecía en mi fuero interno, trabajaba en una empresa grande, tenía cierta responsabilidad y un sueldo que sin ser gran cosa, era decente. Pero ya os digo que esa voz interna, llámala conciencia, llámala complejo de Peter Pan, me decía que me había equivocado de profesión, que la estabilidad laboral que tenía era la base de que me viera jubilándome allí, pero que mi niña creativa se quejaba de que no le daba rienda suelta. Por aquello de acallar mi vocecilla y a raíz de curiosear en foros y blogs, por accidente, por que una persona a la que conocí en un foro de estos, me hizo un comentario, empecé a "crear". Me lancé al mundo de las tartas de pañales, a la gente que me conocía le resultaba muy curioso, no les encajaba mi yo laboral con este nuevo yo creativo. 
Para los que son padres, no les descubriré nada nuevo, pero para los que no lo son, les diré que las hormonas segregadas a raíz de la maternidad (no hace falta ni siquiera ser madre biológica) te acompañan de por vida, y el efecto secundario más evidente es un exceso de ñoñería que es difícil abandonar.
Ya os he dicho que de niña escribía diarios, en mi carrera de intentar progresar en mi trabajo, deje de disfrutar muchos de los momentos con mi hijo mayor y otros se me borraron con el estrés, así que en mi nueva sobredosis hormonal, donde mi ñoñería crecía alimentada por un embarazo complicado, mi recién descubierto hobby y mi sentido de culpabilidad por haber entregado mucho de mi a la empresa, en detrimento del tiempo que era de mi hijo, decidí empezar a escribir un blog.
Durante mucho tiempo fue muy gratificante, pero con la vuelta al trabajo y los acontecimientos posteriores, las entradas en mi blog se fueron espaciando demasiado en el tiempo. Tanto que ahora cuando he ido a recuperarlo me he dado cuenta de que ya no se corresponde con lo que quiero, así que he decidido cerrarlo.
Como os decía, volví al trabajo con una ñoñería renovada, y al intentar aplacar mis nuevos sentimientos me di cuenta de que estos no se conformaban con hacer una tarta de vez en cuando, necesitaban más.
Volví y el ambiente era muy estresante, habían cambiado al director y las presiones iban en aumento, nos pidieron trabajar al 200% con un montón de promesas y cumplimos con creces, amparados por estas. En los tiempos que corren, las promesas se las lleva el viento, pero siempre pensamos que a nosotros no, no nos va a suceder, en nuestro caso se cumplirán. 
Nuestra empresa era una de las grandes del sector, nosotros en "petit comité" siempre criticábamos el hecho de que, mientras en nuestras vecinas llevaban a cabo políticas de contención y recortes,  nosotros gastábamos a espuertas.
Desde un departamento como el de Tesorería, ves las cosas antes que los demás, por un lado es bueno no te llevas sorpresas, pero por otro lo ves todo antes. Nosotros no entendíamos nada y los números nos decían que el futuro de la empresa no era bueno, pero no entendíamos porque no se ponía solución, y de repente un viernes, nos despertamos con la sorpresa de que habiendo dinero en las cuentas, ese día no se pagó la nómina.
Aquí es donde seguramente, los futuros contratadores deberían dejar de leer.
Generalmente la gente ante una situación así se bloquea, se indigna y se asusta. No he comentado que nuestra empresa era grande, multinacional, pero machista y de cultura excesivamente conservadora, un apunte, en central con 800 trabajadores, no había comité de empresa. No porque no hiciera falta, sino porque todos los intentos de formar uno habían sido convenientemente atajados.
Yo igual que el resto me bloquee, me indigné, me asusté y me lancé. El primer paso fue montar un grupo de facebook donde todo el mundo pudiera comentar que estaba pasando, porque otro de los grandes problemas es que la información era totalmente nula, y por lo menos así entre lo que sabíamos unos y lo que sabían otros algo sabríamos todos. Pensé que seríamos 20 y después de un fin de semana entero pegada al ordenador, el domingo salía en la prensa local la creación del grupo que ya contaba con 340 miembros, al final del día eramos 600 y ya teníamos organizada un parón silencioso, todos de negro, durante 10 minutos en las puertas de la oficina para el día siguiente.
Me acosté muy satisfecha conmigo misma, pero muy asustada. Estaba convencida de que el día siguiente sería el último en la empresa, pero no fue así... a este siguieron muchos días, la empresa anunció un ERTE, varios compañeros se unieron a mi y entre todos, de una forma un tanto clandestina, a través de un blog privado, conseguimos formar comités en varias de las sociedades del grupo, empezamos a ser parte activa en la vida de los trabajadores, y cuando la negociación del ERTE estaba en la mitad de su proceso, otro viernes negro de febrero, la dirección decidió presentar un pre concurso de acreedores, el grupo de trabajadores que habíamos sido elegidos como representantes en central, iniciamos un peregrinaje por organismos públicos, ministerios y partidos políticos, con la esperanza de que alguien nos diera luz a encauzar la situación en la que estábamos, pero en un sector como el nuestro, una decisión de pre concurso, solo tiene una salida... el cierre. Desde ese viernes, mis esfuerzos se redoblaron, el equipo de representantes luchábamos con las poquitas armas que teníamos para que el cierre fuese lo menos dramático posible para los trabajadores, no os voy a aburrir con los detalles, nos tocó negociar el ERE, y pelear contra un Titán. Del cierre las competidoras del sector salieron muy beneficiadas y los trabajadores, los clientes y pequeños empresarios ligados a nuestra actividad hemos salido muy perjudicados. En la empresa se ha quedado un pequeño grupo de retén para efectuar la liquidación, yo tenía que estar entre ellos, pero el consejero de la compañía amparándose en mis actos de los últimos 6 meses, decidió eliminarme de la lista, no solo a mi sino a todos los que tuvieran algo que ver con el movimiento de defensa de los trabajadores.
El 30 de abril de 2013, el director de mi área nos llamó a mi jefe y a mi, yo le dije a mi jefe que era por que me despedían y así fue. Aprovecharon el auto del ERE y me despidieron. 
Durante 6 meses había dado todo de mi, hasta el punto de que había abandonado todo lo que me rodeaba, mi familia, mis hijos, mis amigos, mis aficiones, me cambió el carácter, el físico, el humor... todo, y lo peor es que sabía que ese día llegaría, que mis actos me pasarían factura y le temía por un lado, pero por otro lado lo ansiaba, necesitaba terminar aunque mi conciencia no me lo permitiera, mi sentido de la justicia me obligaba a quedarme. 
Así que en el momento en el que otro tomó la decisión por mi... ¡fue una liberación! pero no por lo que estaba viviendo, que es lo más duro que me ha tocado vivir hasta ahora, sino por todo. De repente era libre en todos los sentidos. Ya no estaba atada a un trabajo que no era vocacional, ya no me consumía la vida porque mis hijos crecían y yo no me estaba enterando, ya no temería que mi familia y mi marido se cansaran de esta situación y empezaran a recriminármelo. Mi tiempo ha pasado a ser mio. Mio para mis hijos, mio para mi marido, mio para mi familia, mio para mis amigos, MIO PARA MI.
Sonará a inconsciencia, pero para mi es como tener una segunda oportunidad, mi vocecilla interior me da las gracias a gritos y encamina mis pasos. 
Para empezar a raíz de mi peregrinaje durante estos meses, creo que en las empresas del sector, por lo menos algún directivo conoce mi nombre, así que en un futuro cercano no creo que me quieran en sus filas, así que he decidido de momento no intentarlo en compañías similares. 
Como el mercado laboral está como está, he decidido aprovechar la espera de que alguien desentierre mi currículum de debajo de 200 para formarme, a mis hijos les da la risa, pero he decidido volver a estudiar.
Como estamos en plena crisis y el instinto de supervivencia se agudiza, yo he decidido que ante el dicho de renovarse o morir... yo me ¡REINVENTO!
Por eso cierro mi antiguo blog, por eso he decidido tomarme en serio lo de mis tartas y ampliar horizontes, por eso he decidido formarme en algo creativo, por eso he decidido escribir este blog.
Lo primero que habréis notado es que el diseño es totalmente blanco. Ausente de objetos. He decidido que esto sea como un lienzo, no he definido todavía en que campo creativo quiero formarme, estoy experimentando con diferentes áreas, así que he decidido que este blog se vaya formando a medida que yo vaya aprendiendo. No sé cuantas páginas tendrá, ni cuantos temas tocará, pero como siempre estáis todos invitados, quiero compartir con  vosotros mis nuevos descubrimientos, quizá le sirva a alguien lo que vaya encontrando por el camino. Y si no por lo menos podréis ir viendo como este lienzo en blanco se va coloreando.
Bienvenidos a mi nueva vida... os presento a mi nuevo yo.


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